MEDIO AMBIENTE

Las costas de Fuerteventura no se libran de la amenaza de los pellets

Las playas de Caletillas, en El Matorral, y Jacomar, en la costa de Antigua, son los dos principales puntos negros de acumulación de estas bolitas de plástico

Eloy Vera 4 COMENTARIOS 08/02/2024 - 08:00

El vertido de pellets del buque Taconao, que ha estado llegando a las costas del noroeste peninsular, sobre todo al litoral gallego, ha puesto el foco en la problemática de un material ajeno, hasta ahora, para la mayoría de la población a pesar de que cada año llegan miles de toneladas a las playas españolas. Famara, en Lanzarote, y playa del Ámbar, en la La Graciosa, son dos de los principales puntos calientes del país, aunque Fuerteventura no se libra de la amenaza de este tipo de microplásticos. Un seis por ciento de la cantidad de microplásticos que se recogen en la costa majorera se corresponden con estas bolitas.

Un documento del Centro de Estudios de Experimentación y Obras Públicas (CEDEX) alerta de que en España “son una de las fuentes con mayores aportes de microplásticos al mar”. A pesar de que su nombre lleva algo más de un mes escuchándose en radios y televisiones, ¿qué son los pellets? Este anglicismo, de lo que se conoce en castellano como granza industrial, se corresponde con unas pequeñas bolitas de entre dos y cuatro milímetros que actúan como materia prima para los procesos de producción de plástico o concentrados con algún aditivo colorante.

Las dos universidades canarias junto al Observatorio de Basura Marina de Fuerteventura llevan años monitorizando los microplásticos que llegan hasta las costas canarias. “Desde el año 2012 se vienen reportando pellets a Canarias”, asegura Bárbara Abaroa, científica marina y responsable del Observatorio majorero.

La investigadora explica que no son los pellets lo que más se encuentra en las playas de la Isla, sino microplásticos secundarios, aunque reconoce que cada vez que se hace un muestreo en la costa majorera “siempre hay un porcentaje significativo de pellets”. De ahí que tengan calculado que el seis por ciento de la cantidad de microplásticos que arrastran las corrientes marinas hasta las costas de la Isla sean estas bolitas.

La costa este de Fuerteventura es el punto caliente de pellets en la Isla y las playas de Caletillas, en El Matorral, y Jacomar, en el municipio de Antigua, son los dos principales puntos negros.

Alberto Sarabia y María Rodríguez son biólogos marinos y responsables de Creando Conciencia, un proyecto de la Asociación Avanfuer que tiene como objetivo, apunta María, “el conocimiento y divulgación de la problemática del plástico en Fuerteventura y, en concreto, el microplástico”.

El proyecto comenzó en 2018. En aquel momento, otras islas contaban con programas de seguimiento del microplástico. En Fuerteventura era una deuda pendiente a la que un grupo de investigadores intentó poner remedio ideando el proyecto Creando Conciencia. Se eligieron una serie de playas como estaciones fijas de muestreo a las que acudir periódicamente durante las cuatro estaciones del año para tomar datos de la abundancia y tipología de los microplásticos. Las seleccionadas fueron Caleta del Marrajo, en El Cotillo, Playa Blanca y Caletillas, en Puerto del Rosario, y Viejo Rey y Cofete, en el municipio de Pájara.

Tras cinco años de estudio de campo, Alberto explica cómo se ha detectado que el tema de los microplásticos, al igual que ocurre en otras islas, “es muy cambiante”. “Hay en abundancia, pero existe una tendencia a que ciertas zonas del litoral acumulen más basura marina y más microplásticos que otras zonas”, aclara.

El motivo, apunta, “va en función de las corrientes y también de fenómenos oceanográficos locales que ocurren en puntos muy concretos del mar de Canarias”.

Alberto y María coinciden en que la playa de Caletillas es el punto negro de Fuerteventura donde más microplásticos se acumulan. “Es una zona en la que, en momentos del año, la abundancia de microplásticos que hemos encontrado es de 121 gramos de plástico por metro cuadrado de arena y hasta 6.741 ítems, que quiere decir cada unidad de fragmento de plástico por metro cuadrado. Eso es altísimo y convierte a Caletillas en uno de los puntos negros de acumulación de basura marina de Canarias, junto a la playa de Famara, en Lanzarote, o Arenas Blancas, en El Hierro”.

En un estudio que se llevó a cabo entre 2020 y 2021 en Caletillas, los biólogos marinos pudieron constatar que lo más abundante en las muestras estudiadas eran los microplásticos secundarios, que se correspondían con el 75,69 por ciento de media en las muestras. La segunda categoría más abundante eran los pellets, el 23,14 por ciento.

El seis por ciento de microplásticos que se recogen en la costa majorera son pellets

Los biólogos del proyecto explican que la playa de Caletillas es, en el caso de los pellets, un punto caliente de acumulación, pero también lo es la playa de Viejo Rey, al sur. “En algunos momentos del año, hemos detectado que predominan las espumas o corchos de poliestireno y en otros, como en verano,  los pellets”, aclara.

En 2018 Bárbara Abaroa llevó a cabo el proyecto de investigación Evaluación de la tasa de contaminantes químicos persistentes en microplásticos marinos en la costa de Fuerteventura, becado por el Cabildo de la Isla. El objetivo era “saber no sólo cómo estaba la situación de los microplásticos en Fuerteventura, sino también qué contaminantes adheridos a esos microplásticos estaban llegando a la Isla y si eran propios de aquí o de fuera”.

Estudió los pellets para determinar la concentración de contaminantes que llevaban consigo. Todos los microplásticos presentaban mayor o menor proporción de contaminantes, pesticidas, PCBs e hidrocarburos. “Cuando estos contaminantes llegan al océano se adhieren a aquello que es afín. En este caso, a los plásticos. De ahí que podamos encontrar en zonas, donde nunca se han usado pesticidas, concentraciones de los mismos, y eso se debe al movimiento a través los plásticos”.

“Cuando hicimos el estudio, nos encontrábamos con que los pellets tenían adheridos contaminantes que llevan prohibidos décadas en la Unión Europea y que se encuentran dentro de la docena sucia del Convenio de Estocolmo por sus características cancerígenas y mutagénicas”, explica.

Entre ellos, se encontró concentración de DDT, un pesticida con características cancerígenas que favorecían el desarrollo de cáncer de mamá, por ejemplo. También se localizaron concentraciones de PCB, así como beta-HCH que es un pesticida que se relaciona con enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer o el párkinson. “Los pellets están funcionando como transportadores de este tipo de contaminantes perjudiciales para la salud humana y ambiental por todo el océano”, apunta.

Bárbara Abaroa, con restos plásticos en la mano, en la playa de Cofete.

Del mar a la mesa

En medio de la polémica de los pellets ha resurgido el debate de si el plástico que se comen los peces en el mar llega al consumidor. Los estudios científicos demuestran que es así. Con el pescado se pueden ingerir partículas de plástico y contaminantes que vienen de fábrica y otros que se han adherido durante su deriva por el mar.

Investigadores del Instituto Ecoaqua de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, en colaboración con la Universidad Politécnica de Valencia y la Universidad de Delaware (Estados Unidos) han publicado el artículo Ingestión de microplásticos en caballas (Scomber colias) de aguas costeras de Canarias. El estudio revela que 94 de 120 caballas compradas en cofradías de Lanzarote y Gran Canaria, casi el 80 por ciento, contenían microplásticos en el estómago. 

“Muchas veces se eviscera el pescado para el consumo”, apunta Alberto Sarabia. “Si algún tipo de microplástico queda retenido en el tracto digestivo del pez no lo estamos ingiriendo directamente. El problema son los componentes químicos que vienen asociados a pellets y microplásticos, como pesticidas prohibidos desde hace más de 40 años en Europa, que están en el medio marino y pasan a los tejidos grasos y muscular de los peces”, advierte.

Y añade Bárbara que en estudios recientes se apunta cómo hay nanoplásticos en el aire. “Nosotros aspiramos y comemos como una tarjeta de crédito a la semana. El plástico no está solo en si me como un pescado. Es una problemática real que puede afectar a la salud por los contaminantes que llevan”.

¿Cómo llegan?

A diferencia de otras zonas como el litoral catalán de donde los pellets salen de su propia industria petroquímica, a Canarias llegan arrastrados por las corrientes atlánticas desde otros lugares del océano e, incluso, del mar Mediterráneo.

Bárbara explica que la principal hipótesis sobre los pellets que llegan a Canarias es por la pérdida de este material de los contenedores. “Al ser un material barato, se coloca en las zonas más peligrosas de los buques porque no hay miedo a perderlo”. A partir de ahí, apunta María Rodríguez, “todo se resume en lo expuestos que estamos a las corrientes”. María y Alberto han seguido la pista a la basura de gran tamaño, los macroplásticos, y se han encontrado con basura que ha llegado a Fuerteventura desde lugares tan lejanos como Estados Unidos o el Golfo de México.

María Rodríguez y Alberto Sarabia, responsables de Creando Conciencia, un proyecto de la Asociación Avanfuer.

Las bolitas suelen tener adheridos contaminantes, pesticidas e hidrocarburos

En su proyecto, la responsable del Observatorio de Basura Marina de Fuerteventura también estudió el tiempo que tardan los pellets en degradarse, “Por su color amarillo, podemos diferenciar el tiempo que llevan en el océano. Los pellets suelen ser blancos. En la costa de la Isla, hemos encontrado una escala de color amarillo bastante amplia. Estamos recibiendo pellets que llevan muchos años dando vueltas por el mundo hasta llegar a nosotros, pero también pellets mucho más nuevos que pueden venir de lugares más cercanos o de contenedores que se han perdido. Hemos tenido noticias del de Galicia porque fue muy cercano a la costa, pero se han perdido otros que ni siquiera se han reportado”, explica.

Desde hace años, diversos colectivos medioambientales vienen reclamando que se recalifique a los pellets para que sean considerados productos peligrosos y muy contaminantes, además de que se cambie la normativa de transportes marítimos para que los pellets viajen con más medidas de seguridad y sean manejados por profesionales especializados.

En plena crisis de los pellets en Galicia, empezaron a aparecer estas bolitas en la playa de Bajamar, en Tenerife. El Gobierno de Canarias activó el Plan Territorial de Emergencia de Protección Civil de Canarias (Plateca) en grado de prealerta para toda la comunidad autónoma, después de que los socorristas avisaran del hallazgo en la playa. Luego, se descartó que su aparición tuviera que ver con el vertido del barco Taconao. Los científicos calmaron la situación explicando que este tipo de vertidos son habituales en Canarias y no se correspondían con Taconao, pues, de llegar al Archipiélago, tardarían meses.

“Su llegada es algo que está por ver”, aclara Alberto. “Es difícil evaluarlo sobre la marcha. Habría que partir de los datos base de Canarias y ver si la tendencia va en aumento en unos meses y si ese incremento lo podemos correlacionar con ese incidente. La tendencia podría ser que sí porque estamos influenciados por la corriente fría de Canarias que nos arrastra, entre otras cosas, basura marina plástica de otros lugares del planeta, del norte del Atlántico o del Atlántico occidental”, especifica.

Comentarios

No iban a llegar? Estamos en un mar aislado de las demás aguas? De verdad que a veces..
Claro esto es,más importante que los amables turistas acuáticos que llegan todos los días a los hoteles de todo incluido.
Ni tampoco se libran de los excrementos de los perros, no sólo en las aceras, solares, esquinas de edificios, parques, avenidas, etc., últimamente los vemos bañándose en el Charco, debajo de la Herbania.
Ya salto la cabra el falso majorero con sus comentarios pero donde vienen tus antepasados de la pobreza tb listo

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